2016
¿Por qué generalizamos nuestras emociones y las convertimos en verdad absoluta? Un poco de objetividad
Cenando el mes pasado con un grupo de empresarios granadinos, hablábamos de experiencias internacionales. Uno de los presentes, que había sufrido mucho, decía “el 90% de las empresas que inician la aventura internacional, fracasan” y además “el esfuerzo que hay que hacer es inmenso”, con una emocionalidad negativa. Estaba diciendo a gritos a todos los presentes que no se internacionalizaran, que no merecía la pena iniciar ese proceso.
Evidentemente, traté de sacarle de la emoción en la que estaba para ofrecerle datos empíricos que rebatían sus afirmaciones. Pero no lo logré. Apenas me escuchaba. Su emoción nublaba cualquier explicación y, me di cuenta, de que su vehemencia había hecho mella en todos los asistentes. La sensación que quedó en la mesa, es que no merecía la pena abordar mercados exteriores.
Y esto es, realmente, nocivo. Una experiencia personal no se puede extrapolar. Sería un error. Mi experiencia personal podría ser significativa: en Marruecos nuestra empresa obtuvo resultados espectaculares, pero muchas de las empresas españolas, tuvieron dificultades en operar allí en los años 90. No podría decir que el país en aquella época fuera sencillo. En Francia me intentaron “secuestrar” (retenerte en un despacho durante varios días). Es una medida de coerción de los sindicatos franceses ante un proceso de reestructuración. Pero eso no significa que los ejecutivos que gestionen en ese país corran el mismo riesgo (de hecho, no conocí personalmente ningún otro).
Sin embargo, al investigar los resultados de las empresas que han iniciado la aventura internacional, comparados con las que no lo hicieron, no hay dudas. Tenéis los datos en mi post sobre multilocalización. Las emociones son otra cosa.
La capacidad de gestionar las emociones ayuda a establecer relaciones sanas con el mundo que nos rodea, con las personas. Esto es especialmente evidente en situaciones de conflicto. Hay muchas opciones para calmarse y deshacerse de las emociones negativas. Por ejemplo, libros, películas o juegos en línea. La plataforma ice-casino.dk le ofrece la mejor experiencia de juego en línea. Con una impresionante gama de juegos, atractivas ofertas, sencillas opciones bancarias y un excelente servicio de asistencia, es líder en este campo. Viva una experiencia inolvidable llena de emoción y fantásticas oportunidades de ganar.
Nassim Taleb nos habla del empirismo ingenuo, que es la tendencia natural a fijarnos en los casos que confirman nuestra historia y nuestra visión del mundo sin darnos cuenta de que una serie de hechos corroborativos no constituye necesariamente una prueba. Además la mente es una máquina de explicación y trata de reducir la complejidad (enorme) categorizando, como lo hacía el comensal, utilizando una sucesión de anécdotas para sustentar su emoción. El impacto en los otros es brutal. Pero si queremos reflejar la realidad con la máxima fiabilidad posible, debemos ser empíricos y honrados, sin tener miedo a parecer extravagantes o a las consecuencias de ello.
¿Por qué se me ocurre escribir sobre este tema? Para tratar de evitar esa influencia sobre los demás. En mi post sobre los “viajeros” hablaba de esto: las personas sin experiencia en el mundo internacional, otorgan rango de verdad absoluta a alguien que ha estado en un país. Y, como nos cuesta abordar otros países, qué mejor que tener la excusa para no hacerlo. “Ya me dijo X” que allí mejor no ir. “Mira lo que le pasó”.
Pues vayamos a los datos: en mi anterior empresa (MONDRAGON) investigamos la diferencia entre las empresas “locales” y las “internacionalizadas”. Nos encontramos con una sorpresa descomunal: aquellas empresas que habían iniciado la aventura internacional, mejoraban ventas, valor añadido y empleo ¡en la casa matriz!
“Ya, pero es que vosotros sois una gran empresa” decía el comensal. ¡Otra más! Necesitamos encontrar razones que soporten nuestra experiencia y nuestra emoción. Pero la realidad es muy tozuda. El 70% de las empresas de la MONDRAGON son Pymes, que tienen sus cuentas de resultados como cualquier otra Pyme. Aunque, hay que reconocerlo, MONDRAGON dispone de capacidades transversales de apoyo a esas Pymes. Pero también la Administración ofrece servicios a través de sus Agencias de apoyo a la Internacionalización. Y esto, tenemos que desarrollarlo mucho más. Todas las Pymes necesitan selección de mercados, estudios de mercado avanzados, análisis del tipo de implantación, del crecimiento inorgánico, gestión del talento y gestión internacional. Porque todas ellas tiene el mismo desafío: el crecimiento.
Y, estos servicios, o se estructuran correctamente o las Pymes no sobrevivirán. Ya apunté mi propuesta en ¿Y si nos ponemos a trabajar juntos para sacar al país adelante? Un enfoque diferente.
¿No os ocurre a menudo que generalizamos cuando sentimos una emoción muy fuerte obviando datos y hechos objetivos?
¿Y el impacto que esto tiene en los demás?
06.20.2016 a las 11:51 Permalink
Sin duda alguna, exportar no es fácil. Como no lo es, en general, enfrentarse con entornos desconocidos. Exportar exige contar con ventajas competitivas serias y reales; con medios mínimos indispensables; con aliados en destino (y, a menudo, en origen); con preparación suficiente y – sobre todo – con lo más importante, y, al tiempo más asequible y, paradójicamente, menos usado: sentido común.
Son, Josu, exigencias de las que hay que ser conscientes que, de ningún modo, constituyen barreras insuperables para pymes (e, incluso, microempresas). El desarrollo de las nuevas tecnologías y el cambio de paradigmas correspondientes hacen, hoy, factible la internacionalización para los pequeños, sin duda alguna. Pero también ellos deben contribuir a aumentar las probabilidades de éxito incluso antes de su nacimiento: ese concepto «Conceived Global» sobre el que uno tanto insiste….
Un cordial saludo