Si en algo estamos todos de acuerdo es en que vivimos tiempos de transformación, que no cambio.
“Cambiar implica hacer algo distinto, transformarse significa cambiar algo para hacer casi todo distinto. Cambiar es solo una parte. Transformarse es el todo”.
César Piqueras
¿Qué es lo que ha ocurrido?
Las palabras clave en este nuevo mundo son Globalización, Geopolítica e Interdependencia por un lado, revolución tecnológica, digitalización, aceleración por otro y personas, talento y ecosistema por otro. Desde el año 2010 aproximadamente, las diferentes tecnologías están madurando al mismo tiempo, apalancándose unas en otras provocando cambios exponenciales, a más velocidad de la que podemos absorber. Hoy cualquier persona, desde cualquier lugar puede acceder a nuevas tecnologías diseñando propuestas de valor con un impacto brutal en el negocio. Es lo que llamamos la democratización de la tecnología. Internet, que es una plataforma de conocimiento abierto ha permitido llegar a esta situación.
Esto altera completamente el panorama competitivo de todas las empresas. La transformación digital de las empresas no es una opción. Es una cuestión de supervivencia. Las primeras que lo integren podrán liderar sus sectores. Las últimas sobrevivirán a duras penas. Algunas ya lo están sufriendo (aquellas más interesantes desde el punto de vista de negocio), pero que no quepa duda que, todas, se verán afectadas por competencia diferente a la actual.
En el mundo del B2C se ve muy claramente. La aparición de plataformas (especialmente las GAFA (Google, Apple, Facebook y Amazon)) ha sacudido el terreno competitivo. La Banca, el turismo (viajes, estancia), la moda,…están viendo propuestas de valor desconocidas hasta ahora que, además, no vienen de dentro del sector, sino aprovechando la desintermediación que la tecnología permite y que hace 10 años no lo hacía. Estas u otras plataformas tecnológicas se orientarán a otros sectores con menores tasas de beneficio una vez tomen posiciones relevantes en los sectores más atractivos. Todas las empresas se verán enfrentadas a esta nueva situación.
En el mundo B2B, la revolución también está en marcha: en el mundo industrial (Industria 4.0) y en el mundo energético (transición energética). Veamos algunos datos que reflejen esta nueva realidad:
- La cantidad total de dispositivos IoT conectados será 8 veces mayor que la de las personas conectadas para 2025
- El volumen de datos disponible pasará de 80Bn + GB en 2017 a 400Bn + GB en 2021
- El número de organizaciones que están implementando IoT ya están usando Digital Twin o prevén hacerlo en un año ha crecido un 75%
- El gasto mundial en sistemas cognitivos y de IA entre 2017 y 2022 se multiplicará por 6
- El 5G contribuirá con 2Tr (billones nuestros) de dólares a la economía global entre 2019-2034, de los cuales el 35% se destinará al sector manufacturero y de servicios públicos
Estos datos referentes a las tecnologías que se utilizan para el IoT industrial son la base que va a permitir el cambio tectónico de la transición energética. Veamos algunos datos:
- Mundo eléctrico. El crecimiento del consumo de electricidad entre 2020 y 2035 se multiplicará por 3 debido a la adopción de Tecnologías de la Información y la Comunicación
- Descentralización: las fuentes de energía solares y eólicas así como el almacenamiento supondrán el 50% de la electricidad global en 2050
- Descarbonización: las infraestructuras existentes consumirán el 95% de la energía y el consumo energético en 2040 será por parte de infraestructuras existentes
- Digitalización: el ahorro en costes de energía será de un 30% de promedio, pero de hasta un 85% de ahorro potencial en proyectos de transformación digital de clientes
Este contexto nos lleva a un mundo VUCA: volátil, incierto, complejo y ambiguo, donde disponemos de más tecnologías de las que somos capaces de abordar. Lo que representa una ventaja y un inconveniente. Este último es que las decisiones que vamos a tomar, serán bajo un entorno realmente complejo, con riesgos nunca vistos. La ventaja es que podemos “dirigir” el mercado hacia nuestras propuestas de valor, de tal manera que se conviertan en “estándar” en nuestros sectores. Es lo que han hecho las empresas tecnológicas: Amazon, Uber, AirBnB, Apple… Esto sirve también para empresas pequeñas. Podemos ser “únicos” en el mercado si somos los primeros (“the winner takes it all”. El ganador se lo lleva todo).
Además, para complicar todavía más el entorno, aquellas empresas que quieran internacionalizarse, se enfrentarán a la Geopolítica (la relación entre el poder y los territorios): más proteccionismo, más regulación, aranceles, amenazas cibernéticas y menor poder de las instituciones y más poder de las personas físicas (presidentes de país por ejemplo) que en un solo tuit son capaces de alterar los mercados.
Pero debajo de todo este entorno hay algunas tendencias latentes que nos están afectando o afectarán y que son desconocidas para las empresas. Trataré de explicarlas en las siguientes líneas:
- La desconglomerización: Empresas muy grandes incapaces de adaptarse a los cambios derivados de la democratizacion de la tecnología y en el que la agenda local es más importante que la global. Incapaces de trasladar las propuestas de valor rápidamente al mercado, deben deshacerse de sus participadas. Lo que hace 20 años permitía que las grandes empresas fueran las ganadoras: cuota de mercado, financiación, gestión del talento… desaparece en este nuevo mundo. Un cambio extraordinario que permite a las empresas pequeñas y medianas competir en igualdad de condiciones
- La dificultad de absorber las disrupciones tecnológicas: en un mundo VUCA aparecen muchas paradojas. Ésta es una de ellas. Las empresas medianas y pequeñas son mucho más ágiles pero tienen una dificultad: absorber las tecnologías. Una empresa de 20M€ dispone de 7 personas en su dpto de R&D y de 5 personas en su dpto de IT. ¿será capaz de integrar el IoT (sensórica, conectividad y analítica) o el blockchain o el AI (inteligencia artificial)?. Sí, si es capaz de trabajar el talento y el ecosistema. Lo veremos en mi siguiente post sobre las características del nuevo profesional.
- El fin de la deslocalización: creo que no va a haber más procesos de deslocalización de activos industriales. Por dos razones: la primera es que la automatización de los procesos permite alcanzar costes unitarios a precios cercanos a la fabricación a escala. Y, segundo, la capacidad de respuesta a las demandas de los clientes locales, sólo se podrá hacer desde un conocimiento cercano al mercado. Especialmente en el B2B.
- El paso del Capex al Opex. Ésta es una palabreja que utilizamos muchísimo en las multinacionales y que quiere decir el paso de las inversiones en inmovilizado al gasto anual en consumo, pago por uso… Este aspecto es clave. Ya que es el origen del cambio de modelo de negocio (la forma en la que monetizas tu propuesta de valor). Aquella empresa que no disponga de datos, no será capaz de poder elegir entre diferentes formas de presentar sus propuestas de valor.
Éste es el nuevo mundo en el que los profesionales nos movemos. Extremadamente complejo y con oportunidades nunca vistas. Para ello, necesitamos unas características diferentes respecto a las necesarias hace 10 años cuando la información no se compartía y cuando no existían tecnologías digitales. Un tsunami.